Marcianos que hablan de pollos

Insólito, leo un tuit de Álvaro Areta (@alvaroareta) divulgando un post de Felipe Medina  sobre una entrevista de Iñaki Gabilondo a un tal Luis Cordeiro. ¿Qué pasará cuando la carne del pollo no venga del pollo que conocemos?

En primera imagen, aparece un tipo al que parece que le da poco el sol y con una corbata de Mickey Mouse. Además, por si fuera poco, tiene las manos como si estuviera solicitando la absolución a un ente superior. Rezando por los pecados que acaba de vomitar en la entrevista.

Parece que no hace falta irse al espacio exterior para encontrar marcianos. Están aquí en la tierra y viven junto a nosotros. No comen  ratas, ni tienen antenas con forma de trompeta, tampoco son verdes y mucho menos tienen tres piernas. Sorprendentemente, pululan bastante a menudo por «prestigiosas» universidades en formas de gurús futuristas que atraen la atención de periodistas ávidos de noticias con gancho.

«En menos de 30 años la carne de pollo que comeremos no vendrá de un pollo, al igual que la de cualquier otro animal. Seremos capaces –comenta- de hacer réplicas exactas de los animales que nos interesen y, de esta forma, el animal original no sufrirá.»

Vamos a ver, amigo Luis, no hace falta llegar a esos extremos para no hacer sufrir a los pollos. Podríamos empezar por no matarlos. Es algo más fácil, tiene más sentido común y además no habrá que destinar millones a la investigación de los engendros que propone. ¿Empleamos ese pastizal para hacer cosas más provechosas?

También, podría argumentarme que bueno, que los seres humanos tenemos derecho a comer pollo. Discuta usted con los especistas, yo no lo haré. ¿Sabía que un sinnúmero de actividades humanas, además del sacrificio, hacen que los animales sufran? ¿Qué pasa cuando privamos de su hábitat a los orangutanes? ¿y cuando envenenamos con plaguicidas a pequeños mamíferos que viven entre los cultivos? ¿y cuándo…?

Amigo Luis, no puedo más que concluir que me insulta con su prepotencia tecnológica y su visión desnaturalizada del planeta. A mí me gustan la tierra tal y como es… ¿por qué no decide usted y unos cuantos más como usted volver a Marte, lugar del que nunca debió salir?

Posiblemente allí no le pondrán problemas para hacer ese tipo de experimentos.Tal vez podrá comerse una pechugita a mi salud.

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